La interpretación depende principalmente del significado y la ubicación de la carta, pero no exclusivamente de ello.
En una lectura siempre es clave la pregunta que se hace y su contexto. O sea que la pregunta en sí misma influye en la forma en que descifraremos las cartas y plantearemos la respuesta.
De la pregunta y contexto
La lectura debe ser coherente. Esa coherencia en la lectura viene dada por nuestra capacidad de hilvanar todas las cartas, articulando las palabras de forma que tenga una estructura sintáctica lógica y tenga un sentido.
¿Por qué decimos que la interpretación depende de la pregunta?
Primero porque la pregunta puede ser de varios tipos: si indaga sobre amor vemos todas las cartas que salieron enfocadas a las relaciones y los afectos. Pero si es una pregunta sobre dinero, esas mismas cartas necesitan mirarse con otros ojos, más desde la perspectiva de los recursos, los bienes y las cosas.
Pongamos como ejemplo a la Torre:
Si preguntamos sobre estudios y nos sale la Torre, no vamos a darle a la Torre la interpretación de organismo público, oficina del Estado o corporación, La enfocaremos más bien quizás como una Universidad o una institución educativa.
Si la pregunta es sobre un conflicto entre dos personas y nos sale la Torre, tenderemos a leerla como una oficina de gobierno, un tribunal o juzgado o una autoridad que resuelve asuntos legales.
Pero si preguntamos sobre un negocio y nos sale la Torre, la interpretación se dirige más bien a ver la Torre como una corporación, una oficina grande, quizás un holding, una empresa o un gran negocio.
Si fuera en cambio una consulta sobre un tema amoroso y aparece la Torre, su significado adquiere un tono diferente. La veríamos más bien como la posibilidad de estar solos, aislados o solteros.
Como consejo puede representar la necesidad de estar solos o el peligro de aislarnos demasiado o de elevarnos y ver las cosas desde una perspectiva superior.
La direccionalidad
Finalmente, el otro factor que influye en la lectura es la direccionalidad de las cartas .Algunas cartas modifican la interpretación en función de su dirección respecto a otras.
Por ejemplo, tomemos el Ataúd. En algunos mazos el Ataúd tiene una especie de tela sobre él.
Según una corriente, aquello que está del lado izquierdo de la carta, es decir más cercano a esta tela drapeada, es algo que termina y llega a su fin. Y la carta que aparece del lado derecho, seguido de la parte descubierta del ataúd, es algo que renace o comienza.
Algo parecido ocurre con la carta de las Nubes.
Si bien la carta de las Nubes siempre es problemática, hay quienes dicen que aquello que se ubica del lado más claro de las nubes se está aclarando, disipando y tiende a mejorar, mientras que lo que está del lado oscuro de la nubes es confuso, triste o incierto.
Esto es igualmente aplicable a cartas que se encuentren arriba o abajo, izquierda, derecha.
El tema de la direccionalidad también tiene que ver para algunos cartomantes con la dirección en la que miran los personajes de la cartas 28 y 29 (Hombre y Mujer).
Siren's song Lenormand, de Carrie Paris |
Algunos piensan que si se miran entre sí es porque los une un vínculo fuerte, si miran en direcciones opuestas así también van por la vida.
Yo particularmente no tomo en cuenta ni el color de las nubes, el drapeado del ataúd ni si los significadores se dan la espalda o no. Solamente considero el significado puro y simple de la carta y su ubicación con respecto otras.
Tampoco tomo en cuenta los detalles de la imagen, o sea, no me importa si los peces están en el mar o en una red, si el barco se ve navegando a lo lejos o si la imagen se toma desde el barco mismo, si los lirios son blancos o rosados.
Lenormand es emblemático, linguístico, verbal, literal, no visual. Esa es su naturaleza. La imagen o el mazo no son relevantes. No interpretamos el dibujo sino el emblema de la carta.
Por lo tanto, el significado de la carta no depende de:
- El mazo
- Los símbolos dentro de la imagen
- Los colores (como sí es el caso de otros oráculos, como el Tarot Marsellés)